La crianza de los hijos es un constante reto, va más allá de simplemente ofrecer las condiciones económicas para un cómodo desarrollo, sino que se fundamenta en enseñar valores que determinan los comportamientos del individuo, frente a la convivencia en sociedad.
Específicamente los padres son los pilares fundamentales para establecer una crianza óptima. Por lo general es un rol que se inclina más a ser ejecutado por las madres, por cuanto, en la mayoría de los casos es quien comparte más con los niños o por ser quien desde el momento del embarazo tiene mayor cercanía con el hijo.
En este sentido, se debe tomar en cuenta, y dejar muy claro el ejercicio de patrones de conductas. Aunque parezca un tema sencillo, existen en el mundo, padres que aún no internalizan la importancia de las conductas en el marco de la crianza, es por este motivo, que surge la necesidad de explicar, que los hijos son el reflejo de su entorno, tomando en consideración actitudes negativas o positivas como parte de su vida.
¿De quién aprenden los niños los valores?
Es un tema bastante complejo, y de hecho que no existe estudio científico que responsabilice a una persona en específico, sobre el comportamiento de los niños, sin embargo, lo que sí está comprobado, es que la crianza responde a la guía e identificación de patrones de conductas en el hogar, por lo tanto, de esto podemos resumir, que todos en casa, son responsables de los valores que se le inculcan a los niños.
De esto deriva, que el ser humano responde a tres elementos: pensamiento, emoción y acción.
- El pensamiento: Se trata de la apreciación con que percibimos el mundo que nos rodea. Pensamientos repetidos, se convierten en creencias.
- La emoción: Por su parte, viene a ser correlativa de la intensidad del pensamiento, provocando emociones ya sean positivas o negativas.
- La acción: Está íntimamente ligada con la emoción, ya que, de acuerdo a ello, el subconsciente hace ejercer acciones que puede generar reacciones.
En sentido, es necesario decir que, todo lo que percibe un niño (en nuestro caso específico), tendrá como resultado un conjunto de acciones.
¿Qué valores se debe enseñar a los niños?
Cuando se trata de valores, tenemos muchos por definir, como: la bondad, la alegría, el buen humor, amabilidad, empatía, caridad, amistad, amor, civismo, autocontrol, compañerismo, discreción, comprensión, educación, compromiso, confianza, esfuerzo, consideración, esperanza, constancia, trabajo en equipo, fe, igualdad, fortaleza, integración, generosidad, libertad, honestidad, limpieza, honradez, obediencia, humildad, optimismo, paciencia, solidaridad, superación, empatía, perdón, tenacidad, tolerancia, perseverancia, positivismo, respeto, valentía, responsabilidad, sinceridad, entre otros más.
De todos ellos, están determinados como pilares fundamentales: la sinceridad, el respeto, la perseverancia, la amistad, la solidaridad, la responsabilidad y la capacidad de perdonar; lo que permitiría un sano desarrollo mental, para la inclusión de las personas en la sociedad, respetando los derechos y puntos de vista de los demás.
¿Cómo reconocer a personas que tienen valores bien fundamentados?
Aunque el ser humano sea difícil de comprender, incluso complicado para ejercer patrones por cuanto cada persona es distinta, se debe decir, que es notable la buena crianza porque se manifiesta en su entorno de forma agradable:
- Promueve el poder de decisión: Una situación aunque parezca aislada, tiene especial relación con los valores inculcados desde la niñez. Una persona con buenos cimientos de valores, promueve su capacidad intuitiva para tomar decisiones y discernir entre lo bueno y lo malo. Como personas, adoptamos decisiones erradas en cualquier momento de nuestras vidas, sin embargo, las condiciones promueven situaciones que permiten la superación y capacidad para seguir adelante a pesar de los obstáculos.
- Fácil relación social: Esto tiene que ver con el respeto, la tolerancia, empatía y solidaridad, por cuanto una persona con estos principios claros, tendrá la oportunidad de aceptar a los demás aún cuando no compartan el mismo pensamiento o creencia. Además, estos individuos promueven el símbolo de cómo sentirse si fuera en caso contrario, es por ello, que indudablemente, este tipo de personas tienen mayor aceptación e integración con el mundo que les rodea.
- Promueven la filantropía: Uno de los valores más importantes es sin lugar a dudas, la empatía, de allí parte la necesidad de entender a los demás, para comprender su situación y encaminar acciones para mejorar el entorno que incomoda a otros.
- Son corresponsables de un mundo mejor: Si desde el hogar se promueve un espacio con personas que respeten a los demás, sean solidarios y responsables, indudablemente, se repetirían estas acciones en todos los ámbitos de la vida, como la escuela, el trabajo, reuniones sociales y otros, por ende, obtendremos una mejor sociedad.
De todo lo expuesto, debemos decir, que en el marco de la construcción de un mundo mejor, es necesario tener presente el amor familiar como base fundadora de valores.
Fuente: Dayamineral Perú